Las deficiencias de vitaminas y minerales, el retraso en el crecimiento y la obesidad persisten en algunos países de la región

En su conjunto, y ciñéndose estrictamente a la ingesta calórica, los 53 países de la región de Europa y Asia Central deberían ver como la prevalencia del hambre desciende por debajo del 1 por ciento en 2050. Sin embargo, una mirada más atenta revela los problemas de nutrición que persisten hoy en día en determinados países.

Este es el panorama que ofrece la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en vísperas de Conferencia Regional para Europa, que se celebra cada dos años y que se inaugura mañana en Bucarest, Rumania.

El último informe de la FAO centrado en el Estado de la alimentación y la agricultura en Europa y Asia Central señala que "el aporte calórico como medida de la subalimentación no es hoy el principal problema", aunque hay excepciones en un puñado de países.

En toda la región, tan sólo dos países no han alcanzado todavía los dos principales objetivos de reducción del hambre a nivel internacional: el Objetivo de Desarrollo del Milenio número uno de 2001, y el de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996. Ambos objetivos estaban orientados a reducir la desnutrición a la mitad para el año 2015, como porcentaje de la población total, y en cifras absolutas, respectivamente. En tres países, la prevalencia de la subalimentación sigue estando hoy por encima del 5 por ciento.

Dietas que distan de ser óptimas, niños con retraso del crecimiento

Para muchos de los países incluidos en el estudio, un problema más importante es la falta de ingesta adecuada de micronutrientes y la calidad "lejos de ser óptima" de la dieta. En este aspecto, estos países a menudo se sitúan en un nivel inferior al de otras regiones del mundo.

El porcentaje medio de niños menores de cinco años con retraso del crecimiento en el grupo de países del Cáucaso y Asia Central es más del triple que en la Comunidad Europea de Estados Independientes (CEI), donde se sitúa en el 6 por ciento.

En dos de los países del grupo de Europa sudoriental se ha detectado una tasa relativamente alta de retraso del crecimiento infantil.

Las dietas de algunos países se definen como monótonas. En ellos, los más pobres obtienen el 73 por ciento de su aporte energético diario de los cereales, y sólo el 10 por ciento de productos lácteos o cárnicos. Por el contrario, los que cuentan con ingresos más altos tienen dietas más equilibradas, con sólo el 48 por ciento de calorías procedentes de los cereales y el 29 por ciento de productos animales.

La producción de frutas y hortalizas en el Cáucaso y Asia Central está aumentando, según señala el informe, una tendencia que ofrece motivos para la esperanza de una mejora de la diversidad y calidad de la dieta.

La obesidad supera la media mundial

En los países examinados se ha detectado un número creciente de personas con sobrepeso. Casi el 48 por ciento de la población en los países del Cáucaso y Asia Central, y más del 50% en la CEI europea y los países de Europa del sudoeste, tienen sobrepeso o son obesos según los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El sobrepeso aumenta el riesgo de enfermedades relacionadas con la alimentación y supone una mayor presión sobre los servicios de salud, advierte el estudio, especialmente en los países más pobres y con menos recursos financieros.

Precio de los alimentos elevado y volátil

Centrándose en el grupo de países más expuesto a la inseguridad alimentaria -el Cáucaso y Asia Central-, la FAO señala que a pesar de los espectaculares aumentos en la producción agrícola en los últimos años, todos los países -excepto Uzbekistán- siguen siendo importadores netos de productos agrícolas. La elevada dependencia de las importaciones hace que estos países sean más vulnerables a las fluctuaciones de los precios internacionales, o al nivel de ingresos procedentes de las exportaciones.

A nivel de los consumidores, un promedio del 30 por ciento del presupuesto de las familias en estos países se gasta en alimentos -en comparación con el 10 por ciento en Alemania, o el 13 por ciento en la República Checa-. Las familias más pobres tienden a gastar un porcentaje mucho mayor de sus ingresos en alimentos, en algunos casos de hasta el 70 por ciento.

El camino a seguir

Las perspectivas para la salud y el desarrollo humano en los 18 países incluidos en el informe dependerá en gran medida de las decisiones de políticas de sus gobiernos. La recomendación básica es clara: "los gobiernos deben centrarse en el desarrollo y la implementación de un enfoque integral para la reactivación y el desarrollo del sector agrícola y rural".

A continuación se sugieren algunos ingredientes clave en las recetas nacionales para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición:
Políticas centradas en los pequeños productores con el fin de reducir la pobreza rural, incrementar la producción y mejorar la competitividad de la agricultura
• Abandonar la producción extensiva y la dependencia de uno o dos productos básicos
• Crecimiento económico generalizado
• Evitar los subsidios al consumo y el control de los precios
• Programas de redistribución de la renta y de redes de seguridad social dirigidos a las poblaciones vulnerables
• Comercio y cooperación internacional
• Un sistema científico y tecnológico sólido que estimule la innovación agrícola.

El informe Estado de la agricultura y la alimentación en la región, incluidas las perspectivas para el futuro y las nuevas cuestiones que están surgiendo fue elaborado con el objetivo de alimentar los debates de los países miembros en la 29ª Conferencia Regional de la FAO para Europa. Está programado para ser debatido el 2 de abril. Un total de 44 delegaciones de países tienen previsto participar.

Fuente: FAO